Sobre Plutón
Se dice que Pluton, en un momento, fue una Luna de Neptuno. Si esto fue real o no no lo se, pero me hace mucho sentido.
Inevitablemente mi mente se llevo a explorar la union de ciertas aristas que quedaban sueltas; Neptuno, es el Dios del inconsciente colectivo y de lo invisible (Casa XII) y regente de Piscis.
Marte, por otro lado que es iniciador, arquetipo de acción directa, nuestro vehículo, es la bomba que explota directamente, y es un planeta que es caracterizado como el guerrero por su naturaleza. Su regencia pertenece al signo de Aries, sin embargo, previamente al descubrimiento de Pluton, se lo conocía como regente de Escorpio.
Pluton, es un planeta que contiene plutonio, que así mismo, es un elemento transuránico radiactivo con el que se creo la bomba atómica. Este planeta, que es de movimientos super lentos, me lleva a un profundo análisis que siendo “una antigua Luna de Neptuno”, habitando las emociones, lo inconsciente, y las profundidades, así mismo, su elemento (plutonio) habita la destrucción.
Sus movimientos realzan su estación por cada grado en el que va transitando, lento, letal y transformador, una transformación que se puede sentir hasta por años (generaciones).
Escorpio, la energía implicada por este planeta, es marcial (Marte) porque es esa bomba que te explota en la cara, es guerra, es choque, pero no es una guerra directa como Aries, que se imparte desde un fuego que inicia y va al confrontación, sino que es una guerra a través de la manipulación inconsciente, desde lo oculto, sin tocar la materia, interviniendo en tu psiquis, en tus emociones, conociéndolas, y manipulándolas para llevarte inexorablemente hacia tu propia transformación.
Pluton sale de su revisión, de su fase retrograda y comienza a dar sus pasos para dar apertura a este proceso que todxs, de alguna manera, debemos habitar.
Pasara por donde ya estuvo, haciendo espacio para abrir, esos canales en los que algo, debemos dejar atrás.
Donde mas aferrados estén, ahí es. Es momento de soltar, ese dolor es crecimiento, de habitar un nuevo lugar. La famosa piel, que ya no nos queda más.